Siempre que tras una valla de obras puedo ver espacios antes ocultos de viejos edificios, me parece como un regalo que debo aprovechar, porque no durará.
Estos espacios tan irregulares a veces y con tanto vivido me transmiten mucho más que la multitud de edificios impersonales que, sin balcones ni tendederos a la vista, convierten las fachadas de las casas en clones de la nada.
Gracias por tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarLas páginas de sus cuadernos que muestras aquí también son muy hermosas. ¡Enhorabuena!
Bonito boceto, Joaquín :)
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