Dar un paseo reposado por la antigua estación de Madrid-Delicias, actual Museo del Ferrocarril, da pie a recordar viajes de la infancia, cuando los largos expresos nocturnos esperaban, dispuestos para la marcha, bajo la gran marquesina de la estación de Atocha, para llevarnos, mecidos por su traqueteo, hasta las orillas del Mediterráneo a la mañana siguiente. En mi caso eran las salinas de Cadiz las que me daban los "buenos días".
Locomotoras a vapor bajo la marquesina
En un anden de acceso restringido,eso lo supe luego, están situados automotores y locomotoras a vapor esperando poder ser restauradas algún día. Me obligaron a borrar las fotos que tomé pero no me arrancaron las hojas del cuaderno.
Me llamaron poderosamente la atención modelos de automotor cuyo aspecto tuvo que ser el no va más de la modernidad.
Una delicia dibujar estos "caballos de hierro".
Me he quedado con ganas de más, y sobre todo de tomar un café dibujado en el coche- restaurant.
como mola!
ResponderEliminarQué divertido, pues vaya suerte, me has recordado que aquí también tenemos un tren de esos viejos y bonitos, Gracias!
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